Buena compañía, noches lo suficientemente lúgubres y un libro, este que sostiene en sus manos, probaron ser la fórmula perfecta para la creación de monstruos, hace ya más de doscientos años, cuando el posteriormente afamado grupo de Villa Diodati, una pequeña reunión de ávidos lectores y escritores, decidió extender más allá de las historias que encontraron en este libro el terror que lograron sembrar en ellos. “Cada uno escribiría una historia de terror”, fue el reto literario del que nacieran no uno sino varios monstruos, entre los que se destacan que la criatura de Frankenstein y el primer vampiro moderno.